sábado, 17 de noviembre de 2007

IMÁGENES PARA LA HISTORIA Y EL RECUERDO

"Una imagen vale más que mil palabras, pero hay imágenes y palabras que no deberían olvidarse nunca".
(Diego García Montoto, 2007)

El beso de Time Square. Beso de despedida a la Guerra. Fue tomada por Victor Jorgensen en Times Square el 14 de Agosto de 1945, en la que se puede ver a un soldado de la marina norteamericana besando apasionadamente a una enfermera. Al contrario de lo que lo que comúnmente se piensa, estos 2 personajes no eran pareja, sino que eran unos perfectos extraños que se habían encontrado allí. La fotografía, todo un icono, es considerada una analogía de la excitación y pasión que significa regresar a casa tras pasar una larga temporada fuera, como también la alegría experimentada al acabar una guerra.


La famosa foto del Che Guevara -se llama formalmente Guerrillero heroico- en la que aparece su rostro con la boina negra mirando a lo lejos, fue tomada por Alberto Korda el 5 de marzo de 1960 -cuando Guevara tenía 31 años- en un entierro por la víctimas de la explosión de La Coubre, pero no fue publicada sino hasta siete años después. El Instituto de Arte de Maryland (Estados Unidos) la denominó "La más famosa fotografía e icono gráfico del mundo en el siglo XX". Es quizás, además, la imagen más reproducida en la historia, apareciendo en carteles, camisetas, obras de arte, y un largo etcétera. Expresa desde un símbolo universal de rebeldía -en todas sus interpretaciones- (sigue siendo un icono para la juventud no afiliada a las tendencias políticas principales) hasta una imagen "sexy".

Thich Quang Duc, nacido en 1897, fue un monje budista vietnamita (también llamados bonzos) que se inmoló hasta morir en una calle muy transitada de Saigón el 11 de junio de 1963. Su acto de inmolación, que fue repetido por otros monjes, fue el más recordado, ya que fue atestiguado por David Halberstam. Mientras su cuerpo ardía, el monje se mantuvo completamente inmóvil. No gritó, ni siquiera hizo un ruido. Thich Quang Duc estaba protestando contra la manera en la que la administración oprimía la religión budista en su país. Después de su muerte, su cuerpo fue cremado conforme a la tradición budista. Durante la cremación su corazón se mantuvo intacto, por lo que fue considerado como santo y su corazón fue trasladado al cuidado del Banco de Reserva de Vietnam como reliquia. Éste es el origen de la expresión "quemarse a lo bonzo", que al revés de lo que la gente piensa no se refiere a la forma de quitarse la vida, sino al hecho de matarse como forma de protesta política.


"El coronel asesinó al preso; yo asesiné al coronel con mi cámara". Eddie Adams, fotógrafo de guerra, fue el autor de esta instantánea que muestra el asesinato, el 1 de febrero de 1968, por parte del jefe de policía de Saigón, a sangre fría, de un guerrillero del Vietcong, que tenía las manos atadas a la espalda, justo en el mismo instante en que le dispara a quemarropa. Adams, que había sido corresponsal en 13 guerras, obtuvo por esta fotografía un premio Pulitzer, pero le afectó tanto emocionalmente que se reconvirtió en fotógrafo del mundo rosa.
El 8 de junio de 1972, un avión norteamericano bombardeó con napalm la población de Trang Bang. Allí se encontraba Kim Phuc con su familia. Con su ropa en llamas, la niña de nueve años corrió fuera de la población. En ese momento, cuando sus ropas ya habían sido consumidas, el fotógrafo Nic Ut registró la famosa imagen. Luego, Nic Ut la llevaría al hospital. Permaneció allí durante 14 meses, y fue sometida a 17 operaciones de injertos de piel. Cualquiera que vea esa fotografía puede ver la profundidad del sufrimiento, la desesperanza, el dolor humano de la guerra, especialmente para los niños. Hoy en día Pham Thi Kim Phuc, la niña de la fotografía está casada y con 2 hijos y reside en Canadá. Preside la 'Fundación Kim Phuc', dedicada a ayudar a los niños víctimas de la guerra y es embajadora de la UNESCO.

Sharbat Gula fue fotografiada cuando tenía 12 años por el fotógrafo Steve McCurry, en junio de 1984. Fue en el campamento de refugiados Nasir Bagh de Pakistán durante la guerra contra la invasión soviética. Su foto fue publicada en la portada de National Geographic en junio de 1985 y, debido a su expresivo rostro de ojos verdes, la portada se convirtió en una de las más famosas de la revista. Sin embargo, en aquel entonces nadie sabía el nombre de la chica. El mismo hombre que la fotografió, Steve McCurry realizó una búsqueda de la joven que duró 17 años. El fotógrafo realizó numerosos viajes a la zona hasta que, en enero de 2002, encontró a la niña convertida en una mujer de 30 años y pudo saber su nombre. Sharbat Gula vive en una aldea remota de Afganistán, es una mujer tradicional pastún, casada y madre de tres hijos. Ella había regresado a Afganistán en 1992. Nadie la había vuelto a fotografiar hasta que se reencontró con McCurry y no sabía que su cara se había hecho famosa. La identidad de la mujer fue confirmada al 99,9% mediante una tecnología de reconocimiento facial del FBI y la comparación del iris de ambas fotografías.

Omayra Sánchez fue una niña víctima del volcán Nevado del Ruiz durante la erupción que arrasó al pueblo de Armero, Colombia en 1985. Omayra estuvo 3 días atrapada en el fango, agua y restos de su propia casa. Tenía 13 años y durante el tiempo que se mantuvo atorada siempre estuvo encima de los cuerpos de sus familiares. Cuando los socorristas intentaron ayudarla, comprobaron que era imposible, ya que para sacarla necesitaban amputarle las piernas, sin embargo carecían de cirugía y podría fallecer. La otra opción era traer una moto-bomba que succionará el cada vez mayor fango en que estaba sumergida. La única moto-bomba disponible estaba lejos del sitio, por lo que sólo podían dejarla morir. Omayra se mostró fuerte hasta el último momento de su vida, según los socorristas y periodistas que la rodearon. Durante los tres días, estuvo pensando solamente en volver al colegio y en sus exámenes. El fotógrafo Frank Fournier, hizo una foto de Omayra que dio la vuelta al mundo y originó una controversia acerca de la indiferencia del Gobierno colombiano respecto a las víctimas. La fotografía se publicó meses después de que la chica falleciera. Muchos ven en esta imagen de 1985 el comienzo de lo que hoy llamamos Globalización, pues su agonía fue seguida en directo por las cámaras de televisión y retransmitida a todo el mundo.

También conocido como el Rebelde Desconocido, éste fue el apodo que se atribuyó a un hombre anónimo que se volvió internacionalmente famoso al ser grabado y fotografiado en pie frente a una línea de varios tanques durante la revuelta de la Plaza de Tian'anmen de 1989 en la República Popular China. La foto fue tomada por Jeff Widener, y se transmitió esa misma noche siendo titular en cientos de periódicos, noticieros y revistas de todo el mundo. El hombre se mantuvo sólo y en pie mientras los tanques se le aproximaban, sosteniendo dos bolsas similares una en cada mano. Mientras los tanques iban disminuyendo la marcha, él hacía gestos para que se fueran. En respuesta, el tanque situado en cabeza de la columna intentó sortearlo; pero el hombre se interpuso repetidamente en su camino, demostrando una tenacidad y resistencia enormes. En Occidente, las imágenes del rebelde fueron presentadas como un símbolo del movimiento democrático chino. Un joven arriesgando la vida para oponerse a un escuadrón militar. Dentro de China, la imagen fue usada por el gobierno como símbolo del cuidado de los soldados del Ejército Popular de Liberación para proteger al pueblo chino: a pesar de las órdenes de avanzar, el conductor del tanque rechazó hacerlo si eso implicaba dañar a un sólo ciudadano.

En 1994, el fotógrafo documentalista sudanés Kevin Carter ganó el premio Pulitzer de fotoperiodismo con una fotografía tomada en la región de Ayod (una pequeña aldea en Sudán), que recorrió el mundo entero. En la imagen puede verse la figura esquelética de una pequeña niña, totalmente desnutrida, recostándose sobre la tierra, agotada por el hambre, y a punto de morir, mientras que en un segundo plano, la figura negra expectante de un buitre se encuentra acechando y esperando el momento preciso de la muerte de la niña. Cuatro meses después, abrumado por la culpa y conducido por una fuerte dependencia a las drogas, Kevin Carter se quitó la vida.

El hombre de Falling es el título de una fotografía tomada por Richard Drew durante los atentados del 11 de septiembre de 2.001 contra las torres gemelas del World Trade Center, a las 9:41:15 de la mañana. En la imagen se puede ver a un hombre caer desde una de las torres, que seguramente eligió saltar al vacío en lugar de morir por el calor y el humo. La publicación del documento poco después de los atentados encolerizó a ciertos sectores de la opinión pública norteamericana. Acto seguido, la mayoría de los medios de comunicación se auto-censuraron, prefiriendo mostrar únicamente fotografías de actos de heroísmo y sacrificio. Un documental trató de averiguar la identidad de aquel hombre.

El 6 de agosto de 1945, Estados Unidos lanzó la primer bomba atómica de la historia, acabando con la vida de 80.000 personas en la ciudad japonesa de Hiroshima. Al no haber una rendición inmediata del Imperio Japonés, tres días después una segunda bomba explotó 500 metros encima del suelo de Nagasaki. La onda expansiva, el calor de varios miles de grados, y la radiación, producto de la explosión, destruyeron todo aquello remotamente cercano al punto de impacto, matando o hiriendo en sólo segundos a más de 150.000 personas, y aún más con el correr de los días. A diferencia de las fotografías estadounidenses, izando banderas, o con primeros planos de soldados desolados, mostrando el dolor de cerca, las imágenes de la bomba atómica de Nagasaki reflejan el episodio desde una perspectiva lejana, dando una idea de la enormidad de la tragedia. Inmediatamente después del estallido de la bomba, el Imperio Japonés presentó su rendición incondicional. Aún hoy nacen niños con secuelas por la radiación.

Esta impresionante fotografía de un hombre al que aparentemente acaban de herir en la Guerra civil española se publicó por primera vez en el periódico francés Vu, el 23 de septiembre de 1936, y posteriormente apareció en la revista Life, en Nueva York y en otros lugares. Esto le otorgó un nombre al fotógrafo húngaro Robert Capa, quien por entonces tenía veintidós años. La imagen parecía haberse tomado en un momento de peligro durante una intentona de ofensiva republicana, a las afueras de un pequeño pueblo llamado Cerro Muriano, a unos dieciocho kilómetros al norte de la antigua ciudad de Córdoba, a principios del mes de septiembre. La fotografía titulada Soldado republicano tiene su propia historia. Capa dijo alguna vez, más adelante, que se había colocado la cámara encima de la cabeza para protegerse del fuego de las ametralladoras enemigas, y se había permitido captar imágenes de lo que saliera. En la década de los noventa, el miliciano fue identificado, con bases cuestionables, como Federico Borell García, que en la vida civil se desempeñaba como molinero en el pueblo valenciano de Alcoy. Por la gorra que llevaba parecía un anarquista, miembro de la Confederación Nacional de Trabajo (cnt).

Algunos consideran esta fotografía como la oficial toma de Berlín por el ejército rojo duante la 2ª Guerra Mundial. En la fotografía se ven soldados rusos colocando la bandera soviética sobre el tejado del Reichstag.
El 30 de Abril en las primeras horas de la mañana se lanza el ataque contra el Reichstag, el cual se prolonga hasta el 2 de mayo, los primeros en llegar a las escalinatas reciben una cortina de fuego, alli cae el sargento Peter Pjatniski; la bandera es recogida por el sargento P.D. Scierbina quien la planta en las columnas del porton. Los primeros soldados rusos entran en el vestibulo circular, sosteniendo duros combates con los defensores; los rusos desalojan piso por piso a los alemanes, izando la bandera sovietica en la parte mas alta del edificio el 1 de Mayo, los ultimos reductos prosiguen la lucha hasta el dia siguiente, de los 5.100 defensores, 2600 habian muerto. El 28 de Abril Hitler se entera de la muerte de Mussolini ejecutado por los partisanos, en la tarde del 30 de Abril se suicida en compañia de Eva Braun.Pero la historia guarda secretos como que una vez conquistada Berlín, los soldados del Ejército Rojo se entregaron a una orgía de saqueos, asesinatos y violaciones, comportándose de la misma manera que los alemanes se comportaron en Rusia. Eventualmente las autoridades soviéticas tuvieron que intervenir y en ese año unos 4.000 oficiales fueron juzgados por maltratos a los civiles. Los soviéticos reportaron unos 25.000 muertos en la Batalla de Berlín, así como 250.000 heridos o enfermos, por su parte unos 450.000 alemanes murieron, incluyendo los civiles, y 100.000 mujeres fueron violadas, desde niñas hasta ancianas, de estas 10.000 murieron la mayoria por suicidios. Durante la 2ª Guerra Mundial La Segunda Guerra Mundial fue el conflicto armado más grande y sangriento de la historia mundial. Fuerzas armadas de más de setenta paísesparticiparon en combates aéreos, navales y terrestres. Por efecto de la guerra murió alrededor del 2% de la población mundial de la época (unos 60 millones de personas), siendo de la población civil la mayoría de los fallecimientos. Duró desde el 1 de septiembre de 1939 hasta el 2 de septiembre de 1945
Eje: Muertos militares:8.000.000 Muertos civiles:4.000.000 Muertos en total:12.000.000
Aliados: Muertos militares:17.000.000 Muertos civiles:33.000.000 Muertos en total:50.000.000

El Campo de concentración de Auschwitz-Birkenau o campo de Auschwitz, fue un complejo de diversos centros para la exterminación y asesinato en masa de prisioneros construido por el régimen de laAlemania Nazi en Polonia durante la 2ª Guerra Mundial. Situado a unos 60 km al oeste de Cracovia fue el mayor centro de exterminio de la historia del nazismo donde se calcula que fueron asesinadas no menos de 1,3 millones de personas, de las cuales el 90 por ciento lo fueron al ser consideradas judíospor las estrictas políticas raciales nazis. Cerca de 1 millón lo eran. En la puerta de entrada a uno de los diversos campos que componían el complejo (Auschwitz I) se puede leer el lema en alemán Arbeit macht Frei (el trabajo hace libres) con el que eran recibidos los deportados por las fuerzas SS que custodiaban el centro durante el periodo de funcionamiento, desde su apertura en mayo de 1940 hasta el 27 de enero de 1945, cuando fue liberado por el ejército soviético. Miles de españoles murieron en este campo.

El invencible Ejército Romano

LAS LEGIONES ROMANAS













RECLUTAMIENTO
Durante la época imperial los requisitos para convertirse en legionario eran: medir al menos 1,75 m de altura, ser delgado pero musculoso, con buena vista y oído.
También era preciso saber leer y escribir y, sobre todo, ser ciudadano romano.
Esto no quería decir que fuera ciudadano de Roma, sino que tuviese la ciudadanía romana.
La ciudadanía se conseguía después de servir en el ejército durante 25 años en puestos auxiliares, lo que le otorgaba derechos y privilegios especiales a él y toda su familia.
Los aspirantes a soldados tras acudir a la oficina de reclutamiento que se encontraba en la capital de provincia, eran sometidos a una entrevista y un reconocimiento médico.
Una vez admitidos, prestaban juramento de obedecer a sus superiores y no desertar.
Sus documentos junto con un certificado del gobernador y las dietas de viaje -tres monedas de oro por cabeza-, se entregaban a un oficial que les acompañaba en el largo viaje hasta el destacamento asignado.

INSTRUCCIÓN Y ENTRENAMIENTO
Durante cuatro meses los nuevos reclutas eran sometidos a un entrenamiento implacable.
Al concluir este periodo los supervivientes ya podían llamarse soldados -milites-. Los que no podían resistir el entrenamiento eran rechazados.
Primero se les enseñaba a desfilar marcando el paso.
Luego se les llevaba de marcha, forzándolos al máximo hasta que fueran capaces de recorrer 20 millas romanas -30 Km.- en cinco horas.
Después tendrían que recorrer la misma distancia cargados con todo su equipo, que incluía armas y armaduras, utensilios de cocina, estacas para la empalizada, instrumentos para cavar y provisiones para varios días, pues al final de cada marcha tenían que levantar un campamento con terraplenes y fosos de defensa.
El entrenamiento continuaba hasta que eran capaces de recorrer 24 millas -36 Km.- en cinco horas.
En un principio los legionarios utilizaron bestias de carga y carros para transportar el equipo.
Pero el célebre general Mario impulsor de grandes reformas en el ejército, les obligó a transportar personalmente casi toda la impedimenta necesaria para reducir el tamaño de las caravanas de intendencia.
El equipo completo debía pesar por lo menos 30 kilos, y las armas y armaduras más de 20.
Los legionarios realizaban marchas tres veces al mes durante 25 años.
Este entrenamiento y capacidad de desplazamiento fue una de las causas por la que el ejército romano era tan superior a otros ejércitos.
Esto era solo parte de la instrucción, puesto que el programa de entrenamiento también incluía carreras, saltos, equitación y natación.
Cuando se consideraba que se encontraba en buena forma física comenzaba la instrucción en el manejo de las armas.
Los reclutas aprendían a atacar a una gruesa estaca clavada en el suelo con una pesada espada de madera y un escudo de mimbre que pesaba el doble que un escudo normal.
Se les insistía que golpearan de frente, sin describir arcos con la espada, que puede evitarse con más facilidad.
También se les entrenaba en el lanzamiento de pesadas jabalinas de madera contra las estacas.
Una vez superado este paso, se les consideraban dignos de empuñar armas auténticas forradas de cuero para evitar accidentes, que les deberían de parecer ligerísimos en comparación con las pesadas armas de madera.

RUTINA DIARIA
Terminada los cuatro meses de instrucción y ya convertidos en soldados -milites-, seguían realizando marchas, ejercicios y entrenamientos aunque ya disponían de algún tiempo libre, pero se les mantenían ocupados durante las horas de trabajo.
Al amanecer se presentaban al centurión para que les asignaran las tareas de la jornada, principalmente guardias o trabajos de limpieza.
A veces patrullas o funciones de policía, pero también la construcción de calzadas y obras civiles, en donde debían de picar piedra en las canteras, cavar cimientos, alisar caminos y pavimentar.
Todo nuevo legionario procuraba conseguir un destino que le evitara trabajos desagradables. Estos trabajos, destinados para los que conocían un oficio -herreros, carniceros, enfermeros, domadores de caballos, ...- eximían de realizar otras tareas.
Percenio, líder de un motín contra Tiberio en el año 14 d.C. se expresaba de las siguiente manera: "el servicio militar es duro y poco provechoso. Tu cuerpo y alma se valoran en unas cuantas monedas por día; con esta limosna tienes, además, que pagar la ropa, las armas y las tiendas de campaña, así como los sobornos para los centuriones que son demasiados crueles, y poder librarte así de los encargos pesados".
Además, los soldados tenían prohibido casarse, por ello eran muy usuales los matrimonios informales e incluso que tuvieran hijos, estos no serían legítimos, pero esto se arreglaba cuando se retiraran.
De hecho, tan pronto cualquier hombre que se integrara en el ejército, su matrimonio quedaba legalmente anulado.
El emperador Séptimo Severo -193-211 d.C.- dio permiso a los soldados para que vivieran con sus esposas en vez de obligarles volver cada noche al campamento.
Pero también existían algunas ventajas: una paga regular considerablemente superior a la de un labrador, y el mejor servicio médico del Imperio.
También se podían aprender otros oficios, y después de la derrota del enemigo muchas veces se presentaban oportunidades de saqueo.
Además de la paga también se recibían otras recompensas.
Augusto entregó 75 sestercios a cada uno de los legionarios, mientras que Claudio estableció una costumbre de pagar un donativo en metálico al inicio del mandato de un nuevo emperador.
Augusto también se preocupó de que se gozara de una buena jubilación después del cumplimiento del servicio; los licenciados recibían una parcela de tierra o una buena cantidad de dinero, equivalente a la paga de doce años.

JERARQUÍA
El ejército romano se encontraba muy jerarquizado.
En la cúpula se encontraba el emperador.
El prefecto del pretorio era, en cierto modo, el ministro de la Guerra y estaba asistido en Roma por el prefecto de las cohortes pretorianas, de los oficiales y de los centuriones.
En las provincias, cada ejército regional estaba bajo el mando de un general, el legado del ejército.
Al mando de cada legión había un comandante -legado-, 7 oficiales -un prefecto del campamento y seis tribunos, los tribunos se encargaban de la selección de sus soldados- y 59 centuriones.
Cada unidad auxiliar tenía un jefe y varios centuriones -infantería- o decuriones -caballería-.
En la marina, cada barco se organizaba como una centuria, fuese cual fuere su tamaño; su comandante, que estaba a las órdenes de un prefecto -almirante-, ostentaba el título de centurión.
Dentro de una legión, un hombre empezaba como simple soldado de a pie -miles-, después de varios años de servicio y para los soldados con oficio, el primer ascenso era de miles a inmunis; aunque tenía el mismo salario, les eximía de las rutinas generales de los demás soldados.
Pero el primer ascenso verdadero convertía al soldado en principal, de los que existían dos clases: los que cobraban paga y media -sesquiplicarii- y los que percibían doble paga -duplicarii-.
El primer grupo incluía varios tipos de suboficiales, como el tesserarius -ordenanza-.
Entre los segundos estaban los portaestandartes -signiferi y vexillarii-, los optiones y otros oficiales.
El siguiente grado era el de centurión, en donde los más veteranos y experimentados -primi ordines- formaban parte de la primera cohorte, y el más antiguo de ellos -primus pilus- tenía derecho a asistir a los consejos de guerra.
El verdadero carácter de los centuriones aparece ilustrado en un episodio de la Guerra de las Galias de Julio Cesar.
En el año 5 a.C., las tropas de César trataron de conquistar la fortaleza de Gergovia, pero fueron rechazados y tuvieron que retirarse monte abajo.
En estas condiciones habrían sufrido terribles bajas, pero los centuriones se quedaron a cubrir la retirada de sus hombres: murieron casi 700 hombres, de los cuales 46 eran centuriones -uno por cada 14 legionarios, cuando la proporción normal era de 1 a 80-.


ORGANIZACIÓN DE TROPAS
La legión constituía la base del ejército romano.
Originalmente el término "legión" se aplicaba a todo el ejército, hasta que en el siglo IV a.C., adquirió un significado más familiar para describir un regimiento de infantería pesada.
El secreto de su éxito radicaba en su organización, sumamente flexible.
En el siglo I a.C., una legión con toda su capacidad, estaba formada por 5120 hombres y dividida en diez cohortes.
Una cohorte normal comprendía 480 hombres y se dividía en seis centurias de 80 hombres; no obstante, la primera cohorte de la legión, formada por los mejores soldados, tenía cinco centurias dobles de 160 hombres.
El mando de cada centuria estaba en manos del centurión, asignado por méritos especiales.
Cada centuria de 80 hombres se dividía a su vez en 10 contubernios -unidad mínima del ejército romano, que era alojado en una tienda-, y dos centurias formaban un manipulo por lo que una cohorte esta compuesta por tres manipulos.
Un ejército lo componía habitualmente cuatro legiones aunque esta cifra podía variar incluso a cinco.
La primera cohorte era siempre la mejor de una legión, la sexta la componían los mejores hombres jóvenes, la octava eran tropas selectas, y la décima buenas tropas.
Las cohortes más débiles eran la 2ª, 4ª, 7ª y 9ª, compuestas la 7ª y 9ª por tropas con poca experiencia.


DESPLIEGUE EN EL CAMPO
En los primeros tiempos, un ejército romano estaba compuesto por aproximadamente 1000 hombres, estos estaban divididos en cinco categorías -según su nivel económico-, los más ricos estaban armados como hoplitas griegos -largas lanzas, espadas, corazas, grebas y escudos redondos--, el grueso del ejército lo componía las otras cuatro categorías, con menor armamento, y los más pobres no llevaban ninguna armadura y estaban armados con ondas.
Adoptaban la formación de una falange, esta consistía en un largo bloque de soldados con varias líneas de fondo protegidas por sus escudos y lanzas-.
A principios del siglo IV a.C. la legión formada por unos 4800 hombres tiene en la infantería cinco clases de soldados:
los hastati, los príncipes, los triarii, los rorarii, y los accensi.
Los hastati, eran los hombres más jóvenes, llevaban armadura completa y escudo rectangular, como armas ofensivas, empleaban el pilum, y una espada corta.
Unidos a estos estaban las levas, que eran los más pobres, llevando una lanza y varios pilum.
Los príncipes, mejor armados que los hastati, pero eran hombres con más experiencia y madurez que aquellos.
Los triarii, que eran los soldados más aguerridos de la legión e iban armados de corazas y largas lanzas.
Los rorarii eran los hombres más jóvenes e inexpertos, los accensi eran los luchadores menos seguros.
La primera fila, o sea el grueso de la legión, la formaban los hastati, en las alas de la formación se colocaba la caballería; en segunda fila y como reserva para relevar y defender la primera línea se situaban los príncipes y, en la tercera, como reserva y para acudir a los sitios comprometidos, formaban los triarii.
Entre los espacios que dejaban las turmas de caballería se solían situar máquinas arrojadizas.
En el siglo II a.C. los rorarii y los accensi se convirtieron en vélites y fueron repartidos entre todos los demás grupos a razón de 20 hombres por manipulo, se convirtieron en las tropas más móviles del ejército, ya que después de lanzar los pilum contra el enemigo, retrocedían entre las líneas de los hastati y los príncipes.
Los manipulos eran ahora de 160 hombres, con dos centuriones al frente de cada uno.
Otro hecho a destacar en este periodo fue el aumento en el número de las tropas auxiliares, y el descenso del número de ricos romanos que quisieran prestar servicio en el ejército.
El cónsul Mario introdujo el ejército profesional, aumentando el periodo de servicio que hasta ahora había sido de seis años, esto atrajo a muchos pobres que veían el servicio como un oficio, se tuvo cuidado de reenganchar a los soldados veteranos y de dar un buen retiro al finalizar el servicio.
También se le otorga a él, el eliminar las diferencias entre las distintas líneas, dándole a todos igual armadura y armamento y la división de la legión en diez cohortes.
De este modo la legión entraba al combate en una formación de cinco cohortes en la primera línea y de otras cinco, cubriendo los espacios que quedaban entre las primeras.
Entre la reforma de Mario y el emperador Augusto hubo dos cambios que modificaría para siempre el ejército: el primero daba autoridad a los gobernadores provinciales para reclutar tropas, permitiendo levantar las nuevas tropas en cualquier provincia del imperio; y el segundo punto era que la lealtad de los soldados pasaba ahora a los comandantes, los cuales podían proporcionarle un botín.
En el siglo I a.C. Julio César reformó esta disposición, añadiendo una tercera fila de tres cohortes; es decir, que la formación combativo de la legión, desde entonces, consistió en un frente de cuatro cohortes, cuyos intervalos se cubrieron con tres en segundo término, y las tres de última fila quedaban como reservas.
Con tal cambio, fue borrándose la importancia de la legión como unidad táctica, viniendo a ser reemplazada por la cohorte.
Es a partir de la segunda mitad del siglo I d.C. cuando se aumenta a 480 hombres el número de cada cohorte, dividida en seis centurias, y 810 hombres la primera cohorte dividida en cinco centurias. El método de combatir consistía en arrojar al enemigo una lluvia de flechas y piedras por parte de los arqueros y honderos de las tropas auxiliares, rápidamente estas tropas se retiraban para dar paso al resto de tropas mediante el arrojo de los pilum hasta llegar al cuerpo a cuerpo, en donde se usaba la espada corta y el escudo.



Una legión contaría teóricamente con unos 4.800 hombres.
Al desplegarse la legión en la batalla, Cada CENTURIA solía formar un cuadro de 10 hombres de frente por 8 de fondo. Una centuria se colocaba tras la otra y formaba un MANÍPULO, lo que creaba un cuadro de 10 hombres de frente por 16 de fondo.

Vegecio y Polibio nos dicen que el espacio entre filas era de 3 pies y 4 pies entre columnas. Si tomamos como referencia que un hombre puede ocupar un espacio de dos pies de ancho por uno de fondo (el pie romano eran unos 30 centimetros), aproximadamente cada centuria podía ocupar un cuadro de 50 pies de frente por 40 de fondo, es decir, 15 metros por 12.
Los tres manípulos de una COHORTE formaban juntos en línea, pero dejando una distancia entre si suficiente como para que la segunda centuria de cada manípulo pudiese ocupar el espacio entre las centurias situadas al frente. Por ello, esta formación de tres centurias de frente por dos de fondo ocuparía un espacio real de 75 metros de frente, pero teniendo que dejar un espacio de 15 metros con respecto a la cohorte situada a su izquierda, de forma que su centuria situada en segunda línea a la izquierda pudiera ocupar este espacio.

Las cohortes generalmente se disponían en tres líneas denominadas ACIES o al menos para César la formación en "triplex acies" es la habitual. En caso de que se contase con pocos efectivos también se podía formar en "acies duplex", de cara a poder mantener un mismo frente de batalla ante un enemigo numéricamente superior, evitando de esta forma ser rebasado por las alas y enbolsado Al estar formada una legión por 10 cohortes, el triplex acies obliga a que una línea tenga una cohorte mas que las otra dos, pero, tal y como hemos dicho, realmente la legión no tenía mucho significado de cara a la ubicación táctica de un ejército y un general podía disponer indistintamente de cohortes de distintas legiones de cara a formar la formación de batalla, aunque, eso sí, siempre procuraba que las cohortes de una misma legión estuvieran próximas unas a otras.
Generalmente a cada legión le eran asignados un número de cohortes auxiliares próximos a los 4.000 o 5.000 hombres.